martes, diciembre 20, 2005

Sueños posibles


Los textos ya no se excusan. Aparecen. Brotan las palabras como lágrimas indiscutibles y tratar de detenerlas, por orgullo o por vergüenza, no sirve de nada, no funciona.

El sol y los paisajes. La soledad otra vez.

Renunciando y perdiendo las convicciones se convierten en dudas. Quizá la sabiduría consiste en no buscar respuestas.